Ofrecemos un fragmento de la reseña publicada por el periodista Jaume Salvá i Lara en el Diari de Balears, el pasado 14 de enero:
"El hijo de la ira es una novela gráfica basada en una de estas pequeñas historias reales que podrían pasar desapercibidas en un siglo como el nuestro, tan lleno de entretenimientos más inmediatos. Recordar la historia de Toribio no es un estéril ejercicio de localismo sino una forma de entender una sociedad apretón (encarcelada, en este caso) en un contexto histórico lleno de desigualdades e injusticias cronificadas. En el fondo de la historia de este criminal vemos un odio visceral de los ricos contra los pobres, que sólo consideran dignos de trabajar y de recibir un poco de caridad para estar bien con su dios, no sea cosa que al fin y al fin exista y pase factura al final de la vida.
Toribio es como tantas personas que no tuvieron acceso a las oportunidades que el permitieran tener más luces y no entender la vida como un continuo de situaciones a superar de la forma más instintiva posible. Las fuerzas de seguridad, representadas por la Guardia Civil, están al servicio del poder, para mantener el orden atávico que permite estar cada donde le ha tocado estar. La gallega era una sociedad muy vinculada a las fuerzas pretéritas, representadas por la religión y la autoridad incuestionable de los caciques, un poco como aquí.
López hace un guión de estructura sencilla, que acompaña las acciones de Toribio pero que no deja al azar oa la imaginación del lector el "decorado" geográfico e histórico por donde se mueve. En este sentido, hace un trabajo muy bueno de contextualización sin que parezca tomar parte.
Por su parte, Fernández acierta con un dibujo áspero, en un blanco y negro duro, casi chile logràfic, con unos personajes de aspecto rústico y primitivo, buscando con este recurso expresivo darnos información no tanto sobre el aspecto real de personajes, objetos y escenarios, sino de una España esperpéntica que existió y aún coeja."